Por: Katherine Gerena
Después de dos trabajos tan bien recibidos por las críticas en menos de 10 años: Vertikal, y la joya de álbum bien lograda con la participación de Julie Christmas, Mariner. La banda Sueca de post y sludge metal nos regala este octavo álbum estudio, ¿nuestras expectativas están altas y cumplidas?
La banda de Johannes Persson siempre ha guardado su propia esencia dentro de las demás agrupaciones de post-metal alrededor del mundo y del tiempo, ha podido replantear el género una y otra vez; y con mucho esfuerzo, han logrado posicionarse como una de las bandas más importantes del género en los últimos años (hasta el punto de librar una grande y absurda disputa en redes entre fanáticos sobre cuál es la mejor banda del género, si Cult of Luna o Isis).
El disco debut Cult of Luna y The Beyond, habían hecho de esta banda compuesta de sonidos bastante agresivos y rápidos, muy asemejados a la línea de base que llevan las bandas de hardcore. Pero con los siguientes lanzamientos, Salvation y Somewhere Along the Highway, encontraron su propia inherencia y horizonte: mezclaron aquellos sonidos producidos en los primeros años y le agregaron un poco de melancolía. De aquí nace la propia magia de Cult of Luna, que nunca más se verá en otra banda: agresividad, pesadez, velocidad, melancolía y melodía.
Después del punto de inflexión logrado en el 2016 con Mariner, donde aumentaron su potencial y genialidad como músicos. A Dawn to Fear resignifica el nombre de esta pandilla de Umeå: de culto, y retoma nuevamente los inicios de estudio de la banda. Las vocales por Johannes Persson están totalmente renovadas como limpias y desgarradoras, y la totalidad del disco cuenta con una mayor presencia de Kristian Karlson en el teclado, siendo un elemento fundamental de armonía, melodía y atmósfera durante la elaboración de este álbum. A medida que el disco avanza en su reproducción, se va presenciado un aire de mayor gravedad como ocurre en Lay Your Head to Rest, donde podría atreverse una a pensar que suenan tan igual como sonaría SUMAC en The Deal.
La canción A Dawn to Fear es la que mejor describe esa nostalgia y especialidad de la banda, parece un nacimiento de canción entre las bandas If These Trees Could Talk y Mouth of the Architect. Lights on the Hills es la pista que te da el descanso para respirar y curiosamente, se encuentra ubicada en toda la mitad del disco. A principio se esperaría que fuese totalmente instrumental: golpes simples de guitarra, una batería bastante reducida; pero a medida que se van acercando esos 15 minutos, se convierte en una bella explosión de sonidos, las guitarras y la batería destejen la vibra con la que te traen y te tejen algo totalmente diferente. Al final de la canción, se llena el ambiente de una contextura angustiosa y un eco intermitente que dan el mejor desenlace: ¡Es preciosa!
We Feel the End, Inland Rain y The Fall son las tres canciones más acertadas para poner a final de cualquier disco: iniciamos con una constante tensión y sensación de dolor, luego atravesarnos a una continua ceremonia de duelo para finalizar con un ascenso al cielo con la guitarras que nos abren las puertas en la última canción. Cult of Luna con A Dawn to Fear, a diferencia de sus otras producciones, podemos escucharlos aquí con una etapa de aceptación por lo vivido y la naturalidad vulnerable implícita de cualquier ser con vida: ese ciclo infinito y de apreciada esperanza donde el tiempo puede ser un grande colaborador y limpiador de nuestra propia existencia.
“In dreams I see what’s coming
Wolves in man’s clothing
There is no escape for the meek
The ground beneath them is eroding».